Retos de reutilización: Como hacer un Infiernillo con una lata de refresco.



Hace unos días conocimos la iniciativa de "El legado del cangrejo ermitaño", un colectivo de Tenerife al que pertenece nuestro amigo y colaborador Pablo Toledo. Desde El Legado proponen un reto ecológico a expandir por facebook:

Fotografíate con algo que hayas hecho con objetos que de otra manera serían basura. Cuelga la foto en facebook  y reta a varios amigos para que hagan lo mismo y reten a más amigos. Así jugando, hasta conseguir una enorme cadena de propuestas de reutilización nuevas.



Como se trata de hacer participar a cuanta más gente mejor, tú mismo puedes comenzar una cadena de retos con tus colegas, así que si te motiva no tienes por qué esperar a que nadie te rete, simplemente cuelga tu fotografía y compromete a hacer lo mismo a otras personas. Quien no cumple el reto debe invitar a su retador a una cena vegetariana hecha con productos locales.




Nos ha encantado la iniciativa, y hemos participado con esto: Un curioso infiernillo de alcohol hecho con una lata de refresco.
En nuestras andanzas furgoneteras no nos gustaba nada llevar el infiernillo de butano por miedo a los escapes. Así que buscando una alternativa para cocinar o calentar agua, encontramos este invento.

¿Cómo se hace?... Pues está tirao.






1. Cortamos la parte de la lata donde lleva el abre-fácil.



2. Cortamos la lata por la mitad, dejando los bordes bien recortaditos a nivel y sin flecos.








 3. Usando nuestros propios dedos como guía, hacemos muescas presionando con una tijera, cuchillo o similar en los bordes de la mitad superior de la lata.
La fotografía de la derecha muestra cómo debe ser el resultado.




4. Encajas las dos partes de la lata, dejando dentro las muescas que le hemos hecho en el paso 3.







Con esto lo tenemos hecho.
Ahora os contamos cómo hacer para que funcione:


Rellenamos de alcohol de quemar hasta la mitad de las muescas.
OJO con el alcohol de quemar que venden en los chinos, es más barato pero no vale para nada, si lo compráis en una droguería de toda la vida todos ganamos.

Prendemos y esperamos a que la llama salga, además de por la apertura central, por los huecos que generan las muescas en la unión de las dos mitades de la lata.

Colocamos encima del infiernillo la olla, que al tapar directamente la apertura del centro, hace que la combustión del alcohol sea más lenta y ahorremos combustible.

Es sorprendente la capacidad de calentar que tiene un cacharro tan precario y pequeño.

Hay que tener preparado algún cacharro, que pueda cubrir el infiernillo por completo para evitar la entrada de oxígeno. Así, cuando acabemos de calentar, retiramos la olla y cubriremos el infiernillo con ello. Sin oxígeno no hay combustión, por tanto se apagará y podremos recoger el alcohol que haya sobrado para usarlo en otra ocasión.


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